La esperanza es la cualidad de poder esperar. De tener la certeza de que algo bueno vendrá a corto, mediano o largo plazo, como recompensa al esfuerzo que hagamos. Si eso no existiera, seguramente no nos esforzaríamos tanto por cosas que no tenemos garantizadas.
La última semana ha sido como parir chayotes. Junto con el doloroso asunto toluqueño, se me vino encima una jodida sobrecarga de tareas que me va a sacar canas prematuras ¡Ah pero quería la nena estudiar! ¿No? Es chistoso, los maestros recomiendan que una trabaje al mismo tiempo que estudia, pero los hijos de su repromiscua jefecita no se ponen a pensar en eso cuando te encargan trabajos onda “olvídate de dormir”. Hay maestros que piensan que eres esclava de la escuela, que les valen madre tus compromisos o responsabilidades más allá de lo que ellos ponen en los pizarrones. Afortunadamente mi chambita no responde a horarios fijos y jefes incomprensivos (no sé cómo le habrán hecho quienes si trabajan así), pero ¡ah jijos! cuanto cliente no tuve que dejar pasar mientras investigábamos verdaderas mamadas que, seguramente, nunca en mi vida como profesional (de lo que estoy estudiando) me podrán servir para maldita la cosa. Es entonces cuando me pregunto si el esfuerzo vale la pena, pero antes de renunciar, me hago coco-wash y me convenzo de que sí lo vale.
En cualquier caso, la verdad es que tampoco puedo olvidarme de plano de chambear para cumplir con el encargo de un cabrón al que le pago porque me eduque, no porque me explote. Así que entre cosa y cosa, me di mis escapaditas. Atendí, por ejemplo, a un señor muy a toda madre. Es un hombre tímido, no guapo, pero sí muy agradable y con un atractivo especial, no sé, de esos feos interesantes que “algo tienen”. Al principio se puso muy nervioso, traía las manos empapadas como mojarritas y apenas hablaba, pero cuando nos recostamos se fue calmando así, poco a poquito. Creo que cuando comienzan los besos y las caricias bajo la ropa, hasta el más nervioso se tranquiliza un poco. En unos minutos estábamos risa y risa. Me pidió que le diera un masajito con piedras calientes, dicen que me salen bien y a él, la neta, le encantó. Luego me hizo el amor. Me sorprendió. Para ser tan retraído traía la lívido vuelta loca. Ponchamos sabrosísimo. Primero de cucharita, luego en doggy style y acabamos de misionero. Se portó lindo y me la pasé muy rico. Luego platicamos otro rato.
Estuvimos hablando de la escuela. De lo duro que es, de la manera en que se guardan las apariencias, de los trabajos, de las clases, de los horarios. De cómo me las campechaneo y de lo mucho que vale la pena el esfuerzo. Después de todo, una tiene que ponerse metas, trabajar por algo. Creo que todos los esfuerzos te llevan a cosas importantes. Para mi trabajar y estudiar es mi forma de irme construyendo el escaloncito que me lleve a lo que sigue: Un día dejaré de trabajar en lo que hago hoy, y entonces (espero) tendré algo ahorrado y la formación como para poder aprovecharlo. Eso me anima, es mi esperanza, de la que hablaba al principio. Entonces, él me dijo algo que me sorprendió y me alentó.
Él, cuando era chavito no tenía ni tantito pegue con las chavas, era más bien feíto y no tenía un puto quinto partido por la mitad, pero estaba seguro de que si le echaba ganas y se ponía a estudiar, podría estar con cuanta chava se le antojara. El deseo de ser un don Juan lo inspiró a esforzarse. Hoy no es multimillonario, pero si le va extraordinariamente bien. Es un hombre de ciencia a quien nada le falta, ni siquiera la oportunidad de poncharse a cuanta chavita se le antoja (de paga o de a grapa).
Cuando terminé con él y bajaba en el elevador me quedé pensando en lo maravillosos que somos los seres humanos y en cómo nos inspira la esperanza aunque sea en sentidos contrarios… Yo, que cojo para poder estudiar y aquel hombre que estudió poder coger… ¡Es maravilloso!
Yo estoy lista y con mis maletitas en la puerta, la tarea terminada y preparada para que la entregue, a nombre del equipo, una compañerita del salón. Ella cree que trabajo y que asuntos laborales me obligan a salir de la ciudad, pero antes de despedirnos me dijo, sin recriminarme pero advirtiéndome, que cómo falté la semana pasada, probablemente el mago de los sueños no crea que yo participé en la tarea, si no voy y la presento con el equipo. Ah que maestros mal pensados… ni que una faltara por puro gusto de andar de promiscua por el interior de la República ¿verdad? Bueno, yo sí, pero por la buena causa de pagar mis deudas…
El caso es que ya me remordió la conciencia. Los compromisos escolares son muchos y aunque la coloflorcita ya está completamente reestablecida, prefiero llevármela leve… así que igual que Monterrey tendré que posponer unos días mi visita a Guadalajara y Morelia. Sé que ya había hecho planes y compromisos con algunos galanes tapatíos y morelianos, de veritas que lo siento, pero juro que pronto iré y los veré a toditos (claro, los que se dejen).
Así que amigos del Distrito Federal, seguiré campechaneando horarios y momentos para seguir haciendo travesuras con ustedes. Pequemos amigos, que la vida es corta y las tentaciones muchas. Yo aquí estoy pa’ calmar sus ganas…
Por cierto, AVISO: tengo una sorpresita para los próximos días. Me tomé unas fotos nuevas, bueno, me las tomó un fotógrafo ja, ja, ja… el caso es que voy a renovar mi book…
¿Cuál es la diferencia entre una escort y una prostituta?
Prostituta: Es una persona que mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero.
Escort: Es un carro de la Ford
Muchas gracias a quienes se preocuparon por mi salud y me escribieron aquí o a mi correo. Lo de ayer fue retedoloroso, si me asusté y todo, pero afortunadamente Juanjo se portó súper buena onda y comprendió que neta, neta si me acababa de partir en dos. Me revisó la ginecóloga y me dijo que no era más que una herida (si hubiera usted visto esa cosota, pensé), no había nada de qué preocuparse. Hoy dejé que sanara aprovechando para adelantar tarea. Ya mañana (hoy para quienes lo lean en viernes) estoy de nuevo en circulación.
Afortunadamente no pasó a mayores gracias a que, cuando sentí que de verdad me dolía mucho, dije hasta aquí y me retiré. Hay que cuidarse.
Gracias y muchos besos.
GUADALAJARA Y MORELIA, SIGUEN LAS FECHAS CONFIRMADAS.
Del 26 al 28 de octubre, Guadalajara
El 29 y 30, Morelia
20 de octubre de 2009.
Abro la llave para meterme a bañar y ¡Zaz! El agua más fría que la reseña de un desencantado… ¿Cómo diablos se apagó el boiler? sepa su mother. Ok, vamos a tender la cama en lo que el agüita se calienta (no me voy a arriesgar a un puto catarro A(H1N1)… Ni modo… a sacudir la primera cobija… zuuuuuuuuuummmm…. Sale volando mi celular, da el triple salto mortal con caída en picada, trato de atraparlo al vuelo, fregadazo en la espinilla y ¡nada! Yo pego brincos adolorida, el celular, en el piso, inservible.
¿Han ido a un centro de atención a clientes de Telcel? Es imposible encontrar palabras para describir la indiferencia de quienes atienden. Tres horas y sin celular. Un pedo.
Para no hacer el cuento largo, llego a Toluca bien pinche tarde. Compro un chip allá. Pasan los minutos, las horas. Comienzan a salirme telarañas en las ideas cuando riiiiiing. ¡Un cliente! El primero en Toluca.
– ¿Puedes venir a mi depa?
– Sorry corazón, pero por seguridad no atiendo en domicilios particulares
– ¿De plano? Es que es como me conviene. Entrar a un motel me pueden reconocer y es riesgoso para mí
-De verdad, a casas no voy, sólo en moteles, es más seguro para ambos
-Ok, Lulú, pues lástima: tú te lo pierdes.
Ni modo, con cara de “I can’t belive it” pero pues yo me la perdí.
Espero otro rato… horas pues… riiiiing
La segunda llamada. Nos citamos, un chavo buena onda, agradable la charla, bueno el sex… creo que le gustó su masajito…
Termina el servicio… varias llamadas toluqueñas perdidas ¿Quéeeeeee? ¿Por qué diablos no llamaron cuando estaba desocupada? Ni modo… otra vez a esperar y nada… Claro, tres llamadas de chilangos preguntando si podían verme ¡¡¡O sea!!!! ¡Mucha mala suerte!
Me aburro, un solo servicio… y nada más ¿Qué hago? ¿Busco hotel? Nel, mejor me regreso a México… Voy por el Outlet Lerma y riiiing, empiezan a llamar de Toluca…. ¡¡¡¡¡NOOOOO!!!!! Ya ni modo de regresar… Será mañana.
La tiene grande… Onda Godzilla. Me acordé de Cinthia, pero me dije a mí misma… va mija… tú puedes ándele mi reina, a chambear que ya estás acá… Todo iba bien, pero en cierto momento, durante la penetración Ahhhhhh! Siento un desgarre, él lo hizo bien, no fue brusco ni nada, pero el tamaño y algo en la forma en que entró me lastimó fuertísimo. Traté de aguantar, pero mis ojitos lloraban… tratamos varias posiciones, pero yo sentía que estaba pariendo un chamaco y eso que es algo que no he vivido ¡Ni modo! Con toda la pena del mundo, pero si seguía me iba a hacer pedazos el changarro… Pedí esquina…
Vengo de regreso de Toluca, cancelando el día y pisando el acelerador para ir al ginecólogo. Ni modo, quién sabe cuándo podré estar bien… en vberdad me lastimé fuerte, aun siento el dolor palpitándome, se siente fuerte.
De pronto: Riiiiing. Una amiga de la escuela…
-Güey ¿Por qué no viniste?
-Este… tuve cosas qué hacer
-¿También ayer?
-Oh pues…
-Es qué el Mago de los sueños (Profe de X materia) dejó un madral de tarea, te puse en mi equipo, vente a mi casa… ¡LO QUE FALTABA!
EL CASO ES QUE ESTOY CONVALECIENTE POR DESGARRAMIENTO DE CHANGARRO Y HASTA EL CUELLO DE TAREA… AMIGOS DE MONTERREY…. TENDRÉ QUE POSPONER MI VISITA A LA SULTANA Y HACERME UNA PUTA LIMPIA… PINCHE LEY DE MURPHY
¿QUIÉN CONOCE UN BUEN CHAMAN?
¿Qué más se puede decir?
En Toluca tengo buenos y muy buenos amigos que espero me traten a toda madre ahora que los visito.
Gira: f. Excursión o viaje de una o varias personas por distintos lugares, con vuelta al punto de partida. 2. Serie de actuaciones sucesivas de una compañía teatral o de un artista en diferentes localidades
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española
Aún así, vale la pena conocer más gente, respirar otros aires, ver amaneceres distintos y, claro, ganar en el camino una lanita. Mi viaje a Puebla fue accidentado, aunque he conocido poblanos a toda madre, cuando estuve allá no me fue bien. Por eso a Querétaro iba nerviosona.
Llegué temprano y de inmediato me di a la tarea de conocer el centro de la ciudad. En el mero centro hay edificios padrísimos, almorcé en un restaurancito delicioso antes de buscar hotel. El hospedaje en Querétaro, incluso en lugares de “pisaycorre”, es más caro que en el resto de los estados, el doble incluso de lo que se paga en el Distrito Federal. En cualquier caso, me instalé. Ya tenía una cita que había programado telefónicamente con cierta anticipación.
Conocer a los queretanos fue maravilloso. Cada una de las personas que atendí se portó más que linda y me enseñó que una puede, al mismo tiempo, trabajar y disfrutar. Inicié mi gira en Querétaro, cierta de que si las cosas iban mal me subía al coche y estaba de vuelta en un abrir y cerrar de ojos, pero me encantó estar y compartir con la gente que allá conocí. Cogen rico los queretanos eh.
Hay veces que digo con orgullo: ¡Disfruto mi trabajo!
Con el tiempo, Don José logró ganarse el corazón de aquella niña, no fue difícil, él es un hombre guapo y rico, ella, una jovencita clase mediera, muy bonita, inteligente y con ganas de hacer carrera y mundo. Para evitarse pedos, Don José compró un departamento, lo amuebló maravillosamente y lo convirtió en un espléndido nidito de amor. Todas las tardes, sin excepción alguna, Don José y su pimpollo, se metían a aquel lugar, tiraban la ropa por donde cayera y se daban pasión hasta el cansancio. Ya cuando la luna llevaba medio camino recorrido, recogían sus ropas, se vestían y tomaban camino, él de vuelta a su rol de padre responsable y marido respetuoso, ella, a la casta casa de sus padres, a dormir en su camita de adolescente y con su máscara virginal.
Entre más la disfrutaba, más la amaba Don José. Decía que nunca nadie en su vida se lo había cogido con la ternura y la pasión con la que esa niña le prestaba sus nalguitas. Yo la conocí en fotografías, francamente si era una chulada. Tenía el cabello negro divino, una mirada muy coqueta, los senos grandes y unas nalguitas redonditas y firmes como duraznitos en temporada.
Con su mujer hacía años que a Don José se le habían acabado las pilas. La quería, era la mamá de sus hijos y compartían vida e historias, pero para él no había más futuro que el que cupiera en la cama de su amante. No esperaba, tampoco, que de pronto apareciera en su vida alguien que le diera motivos para sonreír y que le reviviera algo que él creía muerto bajo sus chones. Decidió divorciarse, pero no tuvo los huevitos para pedírselo a su mujer. Siempre había un pretexto para posponerlo. Un día, sin embargo, todo reventó. Fue descubierta la novia y la casa chica, el escándalo fue tremendo. Los hijos tomaron partido a favor de la madre y le hicieron la vida imposible a la grandísima puta que se había acostado con su padre. La chavita quería a Don José, pero no aguantó la joda que el escándalo le provocó. En casa de sus papás lo negó todo terminantemente y puso, de manera irreversible, punto final a aquella relación que, para Don José lo era todo. El pobre hombre, con la estabilidad hecha mierda, la familia aborreciéndolo y la novia con sentencia de no volver a verlo, se mudó al antiguo nidito, admitió todos los trámites del divorcio, aceptó que sus hijos no quisieran verlo ni se molestaran en llamarlo. El negocio comenzó a decaer y él se dio al chupe.
En ese tiempo lo conocí. Llamó un día a la agencia donde trabajaba, me enviaron a mí y nos vimos en un hotel. Platicamos más de lo que cogimos y al parecer nos caímos bien. Me siguió llamando a menudo, tanto que el día que me preguntó si podía atenderlo en su casa, me pareció una buena idea. Ese día conocí el nidito de amor y me contó la historia que acabo de narrar. Resulta que me llamaba tan seguido, porque su exnoviecita y yo nos parecemos mucho (para no variar). Más o menso misma edad, misma estatura, misma estructura corporal y una mirada similar. La neta es que, según las fotos que me mostró, si me parezco.
El caso es que, como lo contaba hace unos días, después de mucho tiempo, me llamó un domingo. Sigue viviendo en el mismo nidito y disfrutando de su soltería. Se reconcilió con sus hijos y su exesposa ya no lo odia. Nunca volvió a ver a la niña que le había robado el corazón y, aunque no quiera admitirlo, eso es algo que aun le duele. Dejó de tomar como cosaco y el negocio, con todo y la puta crisis, ha retomado su ritmo. Estaba contento de verme y con muchas ganas de coger. Me dijo que me había llamado porque vio mi blog. Antes de despedirnos me autorizó a contar su historia. La neta me dio mucho gusto verlo tan, pero tan bien.
Besitos y nos vemos pronto por allá…
También hace unos días, trabajé con Pepe… desde su llamada supuse que estaba hablando con todo un Don Juan, algo en esa voz tembló en mis tímpanos como si escuchara un mensaje al oído del mismísimo Mauricio Garcés, ¡Arrozzzz! Ya en la habitación, me topé no con un cabrón, sino con un tanquecito… no mamen, músculos encima de más músculos, onda la mole o el poderoso Hulk. Unos pinches conejotes, qué digo conejotes: creo que ahí parió la coneja y se le quedaron atrapados cientos, convirtiendo sus bíceps en madrigueras, sobre las cuales estaban escritos en árabe los nombres de las mujeres más importantes de su vida.
En lo personal, no soy de las que les gustan tan mamadotototes, incluso una bien cuidada pancita chelera me puede parecer sexy, pero es que este güey si estaba impresionantemente varonil. Me cayó muuuuuy bien y me gustó mucho estar con él. Lo que más me impresionó fue su seguridad… de ese tipo de personas que se saben querer. A cualquiera le gustaría tener sus ojos cuando te pones frente al espejo.
Hacía mucho tiempo que no veía a Don José, un cliente que conozco de hace mucho y a quien le tengo un cariño muy especial. Lo conocí en una época en la que su vida personal estaba patas pa’rriba. Es un hombre guapo, ya maduro y de aspecto serio, pero que cuando lo tratas y especialmente cuando te lo llevas a la cama, es un cachorrote capaz de los más dulces cariños y el trato más tierno. Lo vi muy bien, mucho mejor que la época en que lo conocí, pero de eso mejor platico luego, hoy basta con decir que nos divertimos juntos otra vez y eso me alegra un buen. Don José, es usted como el Pana… los años nomás le mejoran la estocada…
«Ser puta es como bailar: cuestión de agarrar el ritmo. Las monjas de la escuela nos decían: Los malos pensamientos galopan cabalgados por demonios. Pero ser puta no es un mal pensamiento. Es más: no es ni siquiera un pensamiento. En la academia de hawaiano la maestra me pedía que pensara con la pelvis, y mejor ni te digo lo que se le ocurría. Aunque hay lugares donde casi te juraría que nunca he tenido una idea. No sé, los nudillos. Los hombros, que ya de por si son bastante idiotas. ¿En qué piensas, idiota? Pendejo. Muy escritor y muy creativo, pero a la hora de la hora también piensas con el pito. ¿Tú crees que si mi vagina no fuera una estúpida, incapaz de pensar nada, podría soportar las babas de quien sea?Esto es ser una puta. ¿Ya me entiendes? Pude aventarte ofensas más directas, pero quise embarrarte en la carota las babas de quien fuera, porque eso es lo que más puede joderte. Ya sé que es muy injusto. Ser junkie de tus celos, alimentarme de ellos hasta cuando no estoy, eso sí que es ser puta, ¿ajá? ¿Quién te dice que yo no hago todo esto por órdenes estrictas de Miss Pelvis? Mira, yo creo que el arte de la puta, o las artes, o lo que tú quieras, está un poco en la cama y un mucho en otra parte…»EL DIABLO GUARDIÁNDE XAVIER VELASCO