No sé, a veces se siente rico. No me da pena encuerarme porque me cuido, mi cuerpo es binito y no me avergüenzo de él, mejor lo luzco y dejo que lo disfruten. Creo que traficar con caricias, no es tanto como traficar la intimidad. Hay muchas cosas que aunque tengas el cuerpo, el alma no comparte (aunque hay también cosas que entregas en cuerpo y alma cada que tienes relaciones con un cliente). El caso es que en cada cita hay una especie de morbo, un sabor picosito que le pone a la vida esto de saberte deseada, de saber que están pagando bien por consentirte, y es que, sea como sea, cuando se trata de sexo generalmente son dulces y cariñosos. Como la historia de este martes en El Gráfico, a ver qué les parecen las dos citas que narro en ¡Que venga la policía!
Así es como te roban:
Querida Lulú:
Mientras lo hacen, sus pechos prácticamente se salen de sus camisetas, así que es imposible no prestarles atención. Cuando acaban, les ofreces una propina pero la rechazan y te piden que mejor les hagas el favor de llevarlas a otra tienda de la ciudad.
Uno acepta (obviamente) y se suben las dos en el asiento de atrás.
Durante el camino empiezan a besarse entre ellas.
Luego, una se pasa al asiento del pasajero y te comienza a practicar sexo oral mientras la otra te roba la billetera.
¡¡¡POR FAVOR CORRE LA VOZ!!!
A mi me robaron el miércoles de la semana pasada…
También el jueves,
dos veces el viernes,
otra vez el sábado,
luego el domingo.
Y ahorita voy saliendo a ver si todavía.
Entre que eran peras o manzanas, me tardé un buen rato en agarrar la onda y en poder sacar del chat a las o los impostores. Luego me puse a platicar con los de una de las salas, pero fue imposible poner orden. Todos escribían al mismo tiempo. Pasadas las siete de la noche me tuve que ir a atender a un cliente y se quedó mi primita Fernanda a cotorrear, creo que ella, con más callo, tuvo mejor conversación.
Creo que la intención fue buena y que cuando hubo chance hasta estuvo divertido. Después de eso me he metido de manera intermitente y, sin tanta gente, se platica chido. Lo importante es que platicamos un poquito y, aunque no se pudo como lo pensamos, ahí queda el chat.
Dos posdatas:
1) TG, qué bueno leerte de nuevo, te extrañaba y, no te hagas el caído, recuerda que para que te haga caso a ti o a cualquiera, es cosa de que me marques y por una módica contribución, no nomás te hago caso, sino que te llevo al cielo ji, ji, ji…
2) Amigos que quieran hacerme preguntas directas, no acostumbro contestar en los comentarios del blog porque contestar sólo a uno sería descortés con los otros y contestar a todos, es muy complicado por falta de tiempo (no de ganas). Si tienes una pregunta que hacerme y es de trabajo, llámame o escribeme un mail, con mucho gusto te informo. Si es de otro tema, pregunta, propuesta, invitación o duda, trataré de contestarla por correo, en la medida de lo posible. Por cierto Hermoso Maldolor, no es necesario que preguntes cincuenta veces, la respuesta de quién es Fernanda está en mi Blog desde los primeros posts, fue también publicada en un periódico y en su propia página… Búscale tantito, es tan fácil de saber… Fernanda es ella
Era su primera vez y estaba súper nervioso. La plática lo calmó y, francamente, lo hicimos muy bien, especialmente para tratarse de un desquinte. El asunto es que ponchármelo me hizo recordar la época en la que yo recibía mis primeras caricias sexuales.
Recordé a «R», mi primer novio importante, ese al que le entregué mi «tesorito». Lo conocí cuando me salí de mi casa. Nos enamoramos y me fui a vivir con él. Bueno, a casa de sus papás, pero estábamos juntos. Su familia era a toda madre, me recibieron súper bien, pero acá entre nos, las cosas con él no fueron miel sobre hojuelas.
Era, para decirlo sin rodeos, un culero hecho y derecho. No porque pretendiera usarme de trapeador, ni porque me pusiera más cuernos que los de los de un alce bicentenario, tampoco porque no me pelara, ni porque fuera el más patán de los patanes, sino porque ha sido el único capaz de agarrarme la medida y, al menos por un breve periodo, le permití que me explotara. Siempre digo que nunca he tenido un «chulo», pero él fue quien me animó en buena medida a entrarle a estos rollos y, claro, me ayudó también a disfrutar de las ganancias.
Claro que yo no era una dulce muñequita. Chiquita y todo, pero tenía un carácter de la chingada. Pura dinamita y mecha tan corta, que apenas me provocaba y ardía Troya. Nos hicimos toda clase de fregaderas en los años que compartimos.
El caso es que, cuando entré a trabajar a la agencia, con la doñita de la que he contado en la columna (a la que le digo mi hada madrina –ver aqui-), él fue quien más contento se puso. Le valía madres que estuviera acostándome con otros, especialmente porque le encantaba ver dinero. Un día, desde luego, me cayó el veinte y lo mandé a chingar a mi respetable exsuegra. Creo que fue una de esas decisiones inteligentes de las que me he de enorgullecer siempre.
En fin, el caso es que la historia de esa cucaracha es la que, a modo de cuento he de contarles el martes en El Gráfico y el Gráfico On-Line. Claro, con una sorpresita que espero tenga buena respuesta.
Un besito
Ir al partido 162 (17%)
Cogerte a Megan Fox 754 (82%)
Votos: 916
1) Holanda quiere ceviche de pulpo,
2) España quiere beatificar a Manotas
3) México quiere crucificar a Miguel Hidalgo, sin independencia seríamos campeones del mundo…
4) Hubo pulpo encerrado
5) A los árbitros de la FIFA los capacitan en el IFE
6) Hoy los españoles son más sexys que ayer
FELICIDADES A LA MADRE… PATRIA
En promedio, mis clientes son caballeros solventes, con buenos ingresos, ente los treinta y los cincuenta añitos, guapetones, limpios, educados, cariñosos. No cualquiera desembolsa lo que cobramos para compartir una hora de besitos y caricias, así que, cuando se animan, lo aprovechan bien. No son bruscos ni descorteses, te esperan bien bañaditos, te acarician con ternura, te miran con deseo, te besan bien, te consienten. No hay lugar en el que una se pueda sentir más deseada que en los brazos de un hombre que está pagando por tenerte. Lo más importante es que siempre te tratan como a su princesita, se divierten jugando a que hay amor, a que te quieren de veras, saben que además del pago, un trato cariñoso les será recompensado con el mejor sexo posible.
¿Cómo no vas a llegar con la mejor disposición a tirarte a un tipo que te trata tan bien? De veras que en esas circunstancias, cuando te quitas la ropa no tienes otro remedio que disfrutarlo y dar el mejor servicio posible. Asegurarte de que tu cliente se vaya con la certeza de que fue el dinero mejor invertido de su vida.
Poco a poco vamos estrenando cosas nuevas en el blog, para hacer más fácil y divertido visitarlo. Espero que les guste la barra de arriba. Para ir al face, al twitter, a mis fotos y, claro, a mi nuevo correo (lulu@lulupetite.com.mx), aunque sigo usando el de siempre también.
Un besito y nos leemos…
Hay días que son una verdadera calamidad…. Hoy no, hoy es martes y los invito a leer la crónica de un mal día…
Claro, en El Gráfico:
http://www.elgrafico.mx/notas/693151.html
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P.D. Rayitas… por favor mándame un maiil (rayitas = ———–)