Y sí… se me fue el avión. Traté de alcanzarlo, pero pues no se pudo… Así que…
Estaré en el Distrito Federal de aquí hasta el 8 de marzo, que voy a Morelia…
Ya con todo este lío de vuelos, costos y horarios, hoy no conseguí boletos a Coatzacoalcos ni a Villahermosa como los tenía pensados.
Sorry, de cualquier modo pronto reprogramaré para ambas ciudades, una disculpa.
Besos
PREPARANDO GIRA: 21 DE FEBRERO EN TOLUCA, 23 EN SAN LUIS POTOSÍ, 24 EN QUÉRETARO, 28 EN CD. DEL CARMEN, 29 EN VILLAHERMOSA, 1 DE MARZO EN COATZACOALCOS, 2 EN VERACRUZ, 8 EN MORELIA, 9 EN LEÓN, 16 TUXTLA GUTIÉRREZ. PRÓXIMAMENTE EN OAXACA Y TOLUCA.
DEL SÁBADO 25 AL MARTES 28 EN EL D.F.
Como hoy es 19 de febrero, día del soldado, les dejo este texto publicado en El Grafico el 11 de marzo del 2011…
Querido Diario:
La primera vez que lo vi, me llamó como a las ocho de la noche. Dijo que se llamaba Sergio y que estaba hospedado en un motel de avenida Constituyentes. Yo andaba cerca, tomando café con una amiga, así que, me despedí, me subí al coche y a los quince minutos ya estaba tocando a su puerta.
Me abrió un chavito moreno, de unos veintitantos años, bajito, delgado, casquete corto, mirada tierna y cara seria. No es que estuviera uniformado, pero nomás por la percha era tan obvio que me iba a tirar a un honorable integrante de nuestras Heroicas Fuerzas Armadas, que si hubiera sido retén, sin chistar le habría enseñado mis documentos.
¡Ay los militares! Algo tienen que fascina, no sé si es fetiche o buena reputación, pero como que una sabe, cuando te vas a acostar con uno, que vas a ser bien atendida. No sé dónde les enseñen o cómo aprendan, no tengo idea de cómo, si se la pasan encerrados, saben ponchar tan bien. Además tienen una potencia sexual impresionante, siempre te dejan pidiendo esquina.
Claro, los militares están acuartelados, así que cuando los dejan salir, han de andar como doberman sin mecate, nomás buscando donde sacar el veneno. Digo, cualquier persona recluida de lunes a sábado sin ponchar, ha de salir arañando paredes o con melena en las manitas.
El asunto es que si juntas la urgencia, con la condición que tienen, tú ya estás pidiendo paz y ellos como si nada, siguen firmes y poniéndole sabroso hasta que la trompeta les toque la retirada, te ponen unas ponchadas que parece que te subiste a la montaña rusa o te montaste en un toro mecánico, de esas que al final no sabes si parchaste o te atropellaron.
Eso sí, están bien sabrosos, flaquitos, pero muy bien hechecitos. Sergio lo está: de piel oscura, casi sin vello, cabeza redonda, ojos muy negros, bajito para estar en el ejercito, pero con un cuerpo bien formado, delgado, correoso, con el abdomen marcado, los brazos macizos, las piernas bien duras y un bulto grande dibujado bajo el pantalón.
Tiene bien marcado el huesito del amor, ese músculo en forma de V, que se les hace a algunos hombres entre los muslos y el abdomen y que se antoja cañón para roerlo como conejita merendando un elotito tierno.
Desde que nos conocimos, Sergio me ha llamado un par de veces más, la más reciente fue hace unos días. Nos saludamos con un beso, puse mis manos en su pecho y él correspondió buscando mi trasero, tomó mi mano, la besó y la puso sobre su bulto, me encantó sentirlo grande, tibio y aún dormido.
Nos denudamos. Ya en pelotas, se veía todavía más rico, flaco, pero con los músculos definidos y un trasero espléndido, redondito y bien firme de esos que se antojan para clavar el diente. Se me acercó de nuevo por detrás, besando mis hombros, colocando sus manos en mis senos y bajándolas despacito desde allí hasta el ombligo, con su cuerpo adherido al mío y su sexo rozando mi trasero, estaba excitadísima.
Entre más me acercaba su miembro más se me antojaba, especialmente al sentirlo crecer. Se nota que es disciplinado, porque desde que se puso firmes, así se le quedó hasta que dijimos «rompan filas».
Nos fuimos a la cama y allí comencé a acariciar su sexo con manos y labios. También acaricié su trasero y sus piernas, tan compactas y duras.
Con mucha habilidad, me tomó de la cintura y, sin necesidad de que yo dejara de consentirlo, me levantó y me puso de modo que su rostro quedó entre mis piernas. ¡A jijo! Igual no usa mucho la lengua para hablar, pero para otros menesteres, es un experto lingüista. Para cuando me hizo suya, ya estaba excitadísima.
El resto, fue entre una delicia y el maratón. Apenas podía creer la ponchada que me estaban dando, pericia y aguante bien equilibrados, no sé si entre las prácticas militares, también los enseñen a ponchar, no sé si les pasen películas, les den manuales o cómo le hagan, pero de que ponchan riquísimo, ni cómo negarlo.
Siempre lo he pensado, tengo varios clientes militares, de distintos rangos, estilos y temperamentos, pero todos ponchan como maquinitas entrenadas para satisfacer. Te agarran de un modo, te ponen de otro, son creativos y potentes, la bronca es que a ese ritmo, tirarte uno de esos es como atender a tres ciudadanos promedio.
Así que aunque me la pase bien y lo hagan tan rico, lo que es soldados, futbolistas y boxeadores ¡Ay nanita! No te ponchan, te acribillan. Pero bueno, después de las friegas que se meten chambeando, atenderlos cariñosamente no es una carga, sino un deber patrio, después de todo, si con ellos un servicio, es un servicio militar, pensándolo bien… en lugar de quejarme, voy a ver si ya me liberan cartilla.
El día había estado tranquilo. A media tarde atendí a un chavo que tenía más ganas de platicar que de coger. Estuvo un buen rato contándome de algunos proyectos que tiene para este año y de lo bien que le está yendo ahora. Después me estuvo hablando de política, uno de tantos temas en los que no me meto, no porque no tenga una opinión al respecto, sino porque tengo buenos amigos de todos los colores y creo que, así como en todos lados se cuecen habas, también en todos hay garbanzos de a libra.
El caso es que me explicó a detalle porqué en julio próximo debía de votar por el color que él me recomendaba. Sólo después de prometerle que lo pensaría, empezó a hacerme el amor.
Me queda claro que hablando de política, futbol o religión hay que ser muy cuidadosos, cualquier palabra mal dicha puede provocar desde un ceño fruncido hasta una guerra nuclear, son temas que por mera cortesía y para no perder al cliente, no deben ser parte de una conversación. Nomás por eso, y por si se lo preguntaban, oficialmente, votaré por el mismo candidato (o candidata) que ustedes, le voy al equipo que ustedes gusten y mis asuntos espirituales, los reservo para mí.
En cualquier caso, no siempre se ha de resolver al país, el campeonato ni la trascendencia del espíritu, bajo las sábanas ¿No?
¿Ya sabes que volvió la RifaVIP?
¿Ya sabes que te puedes ganar una cita para ponchar conmigo? ¿A poco no? Pues entonces ven, acá están los informes: AQUÍ
Ya sabes, mi teléfono chilango es el 0445532725022. Si quieres llamarme para tener una hora de noviazgo cachondo en pleno día de San Valentín, con mucho gusto puedo ser tu enamorada y hacer las mieles de tu cama en un día cuando por el frío y la costumbre se antoja estar empiernadito. Estaré en el Distrito Federal.
Si quieres un regalito hecho para ti para celebrar San Valentín, con imágenes de lo que podríamos hacer tú y yo, un poema erótico muy rico sobre el oficio más antiguo del mundo y unas líneas mías, lo puedes bajar dando clic a la foto del regalo de arriba.
Espero que te guste hoy mi colaboración en El Gráfico, continuación de la del jueves y a propósito del 14 de febrero.
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Besos
Lulú Petite
PD. Las matemáticas no mienten y dicen que este año se cancela San Valentín:
14-2-12=0
Día uno: Son la seis y media de la madrugada y suena el teléfono de mi casa. Muy pocas personas tienen este número, así que si llaman debe ser algo importante. Me levanto medio dormida, la noche anterior hubo trabajo y me acosté tarde. Me tardo un poco en incorporarme, pero el teléfono sigue sonando.
-¿Buenooooo?- Respondo adormilada
-¿Quien habla?- Me dice una voz masculina al otro lado del auricular
-¿Con quien quiere hablar?
-Con la señora Perenganita
-Aquí no vive
-Le hablo del área de cobranzas del banco Fulanito ¿Con quién hablo?
-Disculpa, no doy mis datos por teléfono
-¿Cuál es su relación la señora Perenganita?
-Ninguna, aquí no vive.
-¿Tendrá el número de teléfono donde pueda localizarla?
-No. No la conozco, aquí no vive
-¿Le podría decir que llamó el licenciado Perro Necio, del banco Fulanito, porque tiene tres mensualidades vencidas de su crédito?
-¿Qué parte de “no la conozco” no entiende?
-Éste es el teléfono que la señora Perenganita dejó para ser contactada.
-Y ¿Qué culpa tengo yo?
-No sé, éste es el teléfono que tenemos ¿Por qué iba a dar un teléfono que no fuera el suyo?
-Eso no lo puedo responder yo, ya le dije que no la conozco, nunca ha vivido aquí.
-Pues la seguiremos llamando a este número hasta que la señora pague lo que debe.
-Haz lo que quieras, pero llamando aquí no vas a hacer que ella te pague. No la conozco.
Día dos: De nuevo antes de las siete de la mañana. Más o menos la misma conversación, aunque ya mis respuestas eran más burlonas. La misma rutina se repitió los siguientes días, sólo que las llamadas ya eran mañana, tarde y noche. Algunas las respondía, otras quedaban registradas como llamadas perdidas.
Cuando llegué a la casa, vi que estaba sonando de nuevo el teléfono. Era otra vez del banco. Lo dejé sonar y después grabé en la contestadora el siguiente mensaje:
“Si eres una buena persona y me buscas a mí, llama a mi celular. Si eres el licenciado Perro Necio, del banco Fulanito, chinga a tu madre, ya te dije que aquí no vive ninguna Perenganita, no la conozco y me importa un pito si te paga.”
Mañana voy a Telmex a pedir que me cambien el número.
Se agradecen los comentarios. Ah sí, y si quieres saber qué onda con la RifaVIP, es aquí:
ADVERTENCIA
Cuidado dónde abres este vínculo, es un PowerPoint encantador, pero si lo abres en tu oficina o en un lugar con más gente ¡Aguas! La niña de las fotos sale muy destapadita y puede que te corran o que te pidan que los agregues a tu lista de correos…
Ahora sí, bajo advertencia no hay engaño, ja, ja, ja, que la gocen (si se deja)
Se agradecen los comentarios. Ah sí, y si quieres saber qué onda con la RifaVIP, es aquí:
¿Tienes ganas? Si quieres, puedes. Hagámoslo, pruébame, tenme. Déjaselo a la suerte. Está de regreso la RifaVIP.
¿LAS BASES?
ANÍMATE A PARTICIPAR
Cuando ganes estoy muy segura de que lo disfrutaremos mucho.
“Hay que clavar sin clavarse”, es decir, hay que coger sin enamorarse. Es una de las frases memorables que recomendaba en el foro a todos aquellos que contrataban los servicios de las escorts, uno de los más célebres foristas de la vieja guardia (cuando la prostitución por internet apenas comenzaba).
Un día, desapareció de aquel foro todo lo que escribió, pues aquel legendario personaje que recomendaba no enamorarse de las chavas con las que se divertía, terminó por retirarse del foro después de poner su corazón en manos de una de las colegas más bellas y también legendarias que se han anunciado en internet.
El caso es que clavar sin clavarse es, ciertamente, un buen propósito. Tener sexo por puro placer, sin comprometer lo que llevas en el pecho (y no hablo de silicones), es lo mejor que te puede pasar: Es divertido, libera energía, quema calorías y pone a trabajar a las hormonas. Bien dicen que una buena cogida es más sana que cualquier medicina y libera las mismas sustancias que algunos opiáceos; la bronca es que llevarla al pie de la letra es igual de fácil que decir “jugar futbol americano sin salir con raspones”, un buen deseo, pero un raspón siempre es el riesgo.
Cuando hablamos de sexualidad, siempre existe la posibilidad de perder el control de lo que sientes, de que las cosas hagan que los pulsos y la adrenalina, no sean lo único que se libere y que, en una de tantas, los sentimientos traicionen. Creo que ese riesgo es lo que hace más divertido todo esto y hace que incluso algunos le llamen deporte exxxtremo. Justo en ese peligro de salir con el corazón hecho paté, radica lo extremo de nuestra práctica (sin duda de acondicionamiento físico, si no deporte).
De cualquier modo, es padrísimo y vale la pena correr el riesgo. También es rico y divertido y puede el sexo ser sólo sexo, pero la posibilidad de que un día digas ¡Ay goooey! ¿Qué son estas pinches maripositas que siento? Es así como parte de la diversión. Claro, cuando se tiene una relación madura, sólida y sexualmente abierta, el autocontrol para distinguir lo físico de lo psíquico, siempre es necesario.
Obvio, cuando trabajas en esto, terminas por acostumbrarte y es muchísimo más difícil que pierdas el control y des paso a emociones donde nada más el placer estaba invitado, en fin, mucha tela de dónde cortar, en cualquier caso, cojamos, lo peor que puede pasar es que nos enamoremos…
A huevo. Cuando estoy de visita en una ciudad que no es el Distrito Federal, y regreso a mi habitación después de una cita, de atender a un cliente, me gusta quitarme las zapatillas y acostarme en la cama con las manos en la nuca, sobre la almohada y mirar un rato al techo, todavía sintiendo las caricias del cliente previo, hasta que entre la llamada para atender al siguiente cliente.
Ya voy de regreso a casa, en un camión de esos muy cómodos, con asientos tipo reposet, pantalla táctil con montón de películas, música, jueguitos y demás, pero yo prefiero poner mis manos en la nuca y mirar al techo. No sé, como que me ayuda a tomar aire, a respirar y ver las cosas en perspectiva. Convencerme de que valen la pena.
Hay tantas cosas por hacer, planes, talacha, retos. No sé, comienza febrero y sigo pensando que 2012 será un año definitorio y definitivo (Nada que ver con predicciones mayas, sino con esperanza y constancia, pura buena vibra).
Me gustó mucho pasar en Morelia el día de la Candelaria, empacarme unos tamalitos y conocer gente interesante. Es una ciudad con encanto «de bien para arriba», leí en algún anuncio. Ahora voy en carretera, de vuelta a mi casa, escribiendo en uno de estos aparatitos mágicos, pero algo incómodos que nos dejó Steve Jobs antes de colgar los tenis. Me encanta vivir en este siglo.
El silloncito está a toda madre, muy cómodo, pero no tanto como mi camita. Ya mañana estaré en el DF y allá me quedaré un rato, no puedo soltar tanto la escuela. (Ya sé que mañana es hoy, pero yo no digo que es mañana hasta que veo el sol).
En fin. Creo que voy casi a mitad del camino, así que aprovecharé para dormir, es bueno cerrar los ojos pensando que la vida vale la pena. Que todos los días son un nuevo comienzo.
Muchos besos
P.D. El día de la candelaria es, además de día de tamaliza, el cumpleaños de una colega, precursora en esto de blogear. Felicidades a Fernanda, siempre.
