10 tipos de sexo… ¡Que tienes que probar!
Karezza, acuático, quickie, gourmet, outdoor… ¿Qué es todo eso? Si quieres evitar que la rutina te apague, nada como innovar en prácticas, lugares y posiciones para mejorar los encuentros. Revisá la galería y descubrí otras formas de gozar.
TIPO 1: SEXO KAREZZA. El término proviene del italiano “carezza”, que significa caricia. Y de eso se trata: de tener relaciones de una forma cariñosa y suave privilegiando el placer por sobre el clímax. Para ponerlo en práctica, sonreí manteniendo el contacto visual, miralo fijamente a los ojos lo más posible, sincronicen la respiración, agárrense y tóquense mutuamente (por lo menos veinte minutos), colocá suavemente la mano en sus genitales, emití sonidos de satisfacción o placer (pero no palabras), acariciá, abrazá, masajeá y poné el oído en la zona del corazón de tu pareja para escuchar sus latidos.
TIPO 2: SEXO QUICKIE. Es un “rapidito”, sin preparativos y con la ropa semi puesta. ¿El lugar? Para las parejas más clásicas, las distintas habitaciones de la casa, el auto o el baño de un bar. Si son más arriesgados, las posibilidades aumentan: el ascensor, las escaleras o los pasillos del edificio, la última fila del cine y, el mejor de todos, el probador de un local de ropa. ¿El momento? Como corresponde, cuanto menos planeado más efectivo. ¿Las reglas? Discreción por sobre todas las cosas: acá no valen los jadeos, los gemidos o los gritos. Disfrutá en silencio, es parte del encanto.
TIPO 3: SEXO ACUÁTICO. “El baño es un complemento ideal en la pareja. Los sexólogos recomendamos este juego para darle primacía al erotismo”, cuenta la licenciada Sandra Lustgarten, psicóloga y sexóloga. Puede ser de inmersión (ideal para hacerse caricias, porque los músculos logran relajarse y la textura de la piel está suave al tacto) o en la ducha (en los sex shops venden manijas que se colocan en la pared para facilitar las posturas sexuales). “Es delicado colocar el preservativo en ese momento”, reconoce Sandra. Por eso, recomienda extremar los cuidados.
TIPO 4: SEXO OUTDOOR. Consiste en salir de nuestras cuatro paredes y tener sexo al aire libre, aunque sea en el jardín de casa. “Es muy placentero, tanto de día como de noche. Se convierte en fuente de goce por la amplitud del espacio, la vivencia de libertad y las sensaciones que provocan los estímulos naturales cuando actúan sobre los cuerpos desnudos”, contó a Entremujeres el doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra y psicoterapeuta.
TIPO 5: ROLE-PLAYING. El cambio de roles es muy divertido y consiste, básicamente, en jugar a ser otros. La idea es transformarse en médicos, electricistas, cowboys, maestros, policías, strippers… O lo que su imaginación les ofrezca. Permite a ambos tener esa emoción de “estar con otra persona”. ¿Cómo arrancar? Simulá que no lo conocés, preguntale quién es y dale lugar para que invente su propio personaje.
TIPO 6: SEXO GOURMET. “Comer con la mano una costilla de cordero y convidarle a nuestro acompañante un bocado es, sin dudas, algo muy sensual. También lo es saborear los frutos de mar que, con su aroma, nos recuerdan los sudores femeninos”, sugiere Carlos Di Césare, dueño del restaurante Te Mataré Ramírez. “Comidas donde se utilicen los dedos, se incluyan alimentos coloridos y que se puedan compartir tendrán mayores chances de lograr cierto clímax”, agrega el chef Maximiliano Pettit, dueño del restaurante Pájaro que comió. De la mesa a la cama… ¡Sin escalas!
TIPO 7: SEXING O FITNESS ERÓTICO. “Si pensamos en los beneficios del sexo para la salud podemos compararlos con asistir frecuentemente al gimnasio”, nos alienta el personal trainer Fede Delpiano. Besar quema de 120 a 135 calorías por hora (2 a 5 calorías por minuto), lo que significa que si besás durante 20 minutos todos los días en un año habrás quemado 36.500 calorías y habrás perdido 5 kilos. El juego previo te ayuda a gastar 25 calorías, por lo tanto, cuanto más lo prolongues mayor será el gasto calórico. Durante el acto sexual se queman de 50 a 100 calorías en promedio. En cada orgasmo eliminamos entre 60 y 100 calorías.
TIPO 8: SEXO VOYEUR. Es encontrar la satisfacción o el placer sexual observando la intimidad de los otros. “En el ámbito terapéutico, muchas veces los especialistas fomentamos el voyeurismo cuando invitamos a observar la sexualidad ajena, como en el caso de mirar videos que muestran escenas sexuales que sirven como estimuladores del deseo o como modelo de aprendizaje y de evaluación de la propia sexualidad”, explicó Sandra Lustgarten, psicóloga y sexóloga.
TIPO 9: SEXO EXHIBICIONISTA. Es la contratara del voyeurismo y consiste en mostrarnos con la intención (o la fantasía) de que alguien nos vea. Sin caer en extremos podemos, por ejemplo, dejar una ventana entreabierta o tener un encuentro fogozo en el auto, para vivir la sensación de riesgo. “Muchas escenas son verdaderos estímulos a la hora de tener sexo. No estoy en contra de estos estímulos que enriquecen y son motivadores del deseo, pero creo que todo debe darse dentro de los cánones -en cierto modo- lógicos, sin exponer los aspectos vulnerables o susceptibles de los otros”, compartió Sandra Lustgarten, psicóloga y sexóloga, en una nota de Entremujeres.
TIPO 10: SEXO TÁNTRICO. “Con la práctica del tantra se busca disfrutar con todo el cuerpo, disfrutar con cada poro, con cada caricia”, explican en Escuelatantrica.com. Cuanto menos, mejor: los seguidores del tantra recomiendan hacer el amor una sola vez al mes para acumular energía sexual. Los encuentros son sin sexo genital y sin eyaculación. La base está en los preparativos, el poder de la mirada, las caricias, los masajes y en el control de la respiración. Y, por último, un largo y profundo orgasmo, que no es el final de la fiesta sino el principio de la celebración.
Dicen que el PhotoShop es la mejor herramienta para hacer que una persona se vea bien o mal en una foto, pero a decir verdad es mucho más importante una buena iluminación y un buen ángulo, pues uno bien elegido te puede hacer ver muy bien, en tanto elegir el equivocado te puede hacer lucir terrible, aquí sorprendentes ejemplos:
¿Sabes qué pasará a las 4:29 PM del 21 de octubre de 2015?
Descenderá un De Lorean en Hill Valley, California, con Marty McFly para arreglar el futuro. En 1985 seguramente parecía un futuro remoto, ahora, sin embargo está a la vuelta de la esquina. En un parpadeo, será 21 de octubre. 2015 prácticamente ya llegó.
El asunto es que, por coincidencia o lo que sea, varias películas de hace años regresarán al cine en 2015, un año de espectaculares secuelas que, seguramente, llenarán salas y serán de esas con efectos multimillonarios. Acá algunas de las más anunciadas:
Además de Superman, Avatar, los Vengadores, Blancanieves y el cazador, Divergente y Los juegos del hambre, Sinsajo II, secuelas de cintas recientes (sin contar el clásico de Christopher Reeve)
En 2015 se estrenarán películas obstinadas en rescatar historias del siglo XX:
Star Wars: Episode VII: La séptima película de Star Wars, dirigida por J.J. Abrams, con los actores originales y ambientada después del Retorno del Jedi. El emperador está muerto, Lord Vader también, Luke es un caballero jedi, la fuerza se ha reestablecido ¿quién viene con el lado oscuro?
Terminator 5: La primera película es un clásico. No necesitaba secuelas. Llegar a una quinta entrega prometiendo a un Arnold Schwarzenegger rescatado del geriátrico para repetir como Terminator, es dejar todo en manos de la tecnología digital y, sin duda, tendrán menos chamba los que digitalicen Your Ass is Park.
Die Hardest: Ok. Seis películas en las que McClane se las arregla para sobrevivir a toda clase de ataques terroristas, pero… a su edad… está bien, mientras funcione en taquilla.
Jurassic World. La entrega de la franquicia Jurassic Park. Sorprendieron los efectos en la primera cinta, hoy es difícil sorprender con efectos. Sin un argumento bueno, es equis. Los avances, al menos, llaman mucho la atención.
The Fantastic Four: Reboot. Las primeras dos quedaron muy por debajo de lo que ha hecho Marvel con muchos de sus consentidos. Bien por reiniciarlo.
También de habla de una secuela de Beetlejuice, otra cinta de James Bond , otra secuela de los Piratas del Caribe y Bourne 5. Muchas, muchísimas secuelas para un año taquillero y palomero. Habrá que verlas.
Un beso
Querido diario:
Separó un poco su cuerpo y siguió besándome. Teníamos rato de no vernos. Comencé a desabotonar mi blusa, él deslizó la tela por mis hombros y espalda. La lanzó al sillón. Chasqueó sus dedos en el broche del sostén y liberó mis senos, acariciándolos con ternura. Sentí sus manos, siempre tibias, tocando mi piel. Estaba contenta. Terminé de quitarme el resto de la ropa camino a la recámara.
Me recosté en mi cama, boca abajo. Estaba cansada después de un viaje de trabajo. Tomó un pomo de aceite, puso un poco en su palma, frotó sus manos y comenzó a acariciar mi espalda desnuda. Cerré los ojos y me dejé apapachar.
¿Qué si tengo novio? Pues… digamos que sí. Si a César le puedo dar un rol en mi vida actual, el más cercano a la realidad es ese: Es mi novio. Se preocupa por mí, me atiende, salimos en plan romance y hacemos el amor. El sexo es bueno y el entendimiento magnífico. Andamos por la vida sin secretos ni simulaciones y nos queremos de veras, así que cumplimos con todo aquello para que un par de personas puedan llamarse novios. El caso es que no lo somos. Hemos decidido no ponerle etiquetas a nuestra relación: Novios, amantes, pareja, ponle como quieras, lo importante es que estamos juntos.
A veces los protocolos más que hacer fuerte una relación, la condicionan y resulta que un noviazgo deja de ser cuestión de corazón, para volverse asunto de pertenencia. Por eso prefiero no caminar en arenas movedizas.
¿Qué somos? ¡Enamorados! No necesariamente uno del otro, pero el amor que sentimos nos hace felices a ambos y el tiempo que pasamos juntos lo disfrutamos intensamente en lo humano, en lo sexual y, desde luego, en lo sentimental.
¿Qué pienso del amor? Creo que amar es lo más importante en la vida. Es inspiración, fuerza, pasión. Es lo que nos da sentido.
No me refiero, desde luego, al amor que nos venden en los cuentos de hadas. Aunque parezca egoísta, creo que el amor más importante es el amor propio. De la forma en que te quieres a ti misma, depende la forma en que puedes querer todo lo que te rodea. De allí nacen los demás amores: el amor a tus padres, a tus hijos, a tus hermanos, a tus amigos, a tu familia y, desde luego, a tu pareja.
Mucha gente piensa en el amor, sólo como una forma de realizarse en pareja. Estamos muy influenciados por la idea del amor romántico. El tipo de amor del que hacen caricatura en las telenovelas. Yo creo que antes deberíamos aprender más del amor propio. Sólo quien se quiere es capaz de querer. Nadie puede dar lo que no tiene.
Si confundir amor con pareja es un error, confundir amor con sexo es un disparate. Todos, mujeres y hombres, sentimos la necesidad de una caricia o de un rato de lujuria. Eso no significa que amemos a todo aquel con quien cojamos. El sexo cuando amas es maravilloso, pero también puede ser simplemente un acto de placer. Pura biología.
El viernes comí con un cliente. Un espléndido hombre: Trabajador, joven, exitoso, guapetón e inteligente. Enviudó hace poco y es un padre amoroso. Un partidazo. Hace tiempo que nos conocemos y, como cliente, tenemos una espléndida química en la cama. Sabe hacerme el amor.
Esta vez, en cambio, durante la comida, me acribilló con las más francas declaraciones: Me propuso irme a vivir con él y ver qué pasaba. Me conseguiría un trabajo “decente”, estaría con sus niñas y seríamos como marido y mujer ¡Felices para siempre! La pretty woman rescatada convertida en adorable concubina. Lo escuché casi callada y de mal humor.
Las putas vendemos sexo, no amor. No podría decir que es imposible enamorarme de un cliente, ya me ha pasado. Pero jamás por conveniencia, ni por una propuesta incómoda. El amor nace, no se pacta. En la mayoría de los casos, quien se enamora de alguien a quien le paga por sexo, busca más compañía que amor. No es amor, es soledad y. francamente, la soledad es traicionera.
Una profesional está en lo suyo. Puedo pasarla de maravilla con un cliente, disfrutar sus besos, dejarme llevar por el placer y sentir un orgasmo. Pero eso lo consigo porque sé que, después del sexo, cuando nos volvamos a poner la ropa, será de nuevo un desconocido, alguien con quien hice un acuerdo mercantil. Sexo por dinero. Punto.
Después de la comida decidimos no ir al hotel. No estábamos de ánimo. El amor es maravilloso y, si es lo que quieres, búscalo. Para cada tornillo hay al menos una tuerca que le embona. Estoy segura de que mi cliente, si es lo que busca, puede encontrar fácilmente a una chica que lo adore. Basta con que él lo decida y empiece a tomar mejores decisiones personales, de entrada, quererse más.
Al final, yo soy una puta con novio. Aun así, sin etiquetas, si a César le puedo dar una función en mi vida actual, la más cercana a la realidad es esa: Novio. Así que me olvidé del trabajo, dejé que me diera un masaje delicioso y después nos amamos varias veces. Diría que hicimos el amor, pero ese ya lo llevábamos hecho.
Hasta el jueves
Lulú Petite
Nunca faltan los metiches que aparecen en la foto sin que los llames ¿verdad? ¿Qué tal esta colección?
A medio desvestir me tumbaste en la cama, acariciando mi sexo mientras me besabas los senos. Nos quitamos la ropa con salvajismo, aventándola al piso y a los muebles. Me tenías completamente desnuda contra el colchón, con tus manos entre mis piernas y tu boca en mis labios, comenzaste a recoger con tus dedos la humedad de mi lubricación y la jalaste hasta mis labios vaginales, que se abrían a tu paso, como si llevaran esperándote desde siempre. Entonces metiste y un dedo y me pediste que te pasara los condones. Abrí un paquetito de aluminio, saqué uno con desesperación y te lo entregué. Me diste vuelta poniéndome de cara contra el colchón y sentí cómo tu enorme miembro me penetraba con fuerza, con una mano apretándome un seno y la otra jalándome del hombro. El orgasmo fue casi instantáneo.