Deja que la vida te despeine

Hace muchos, muchos años, a las mujeres nos engañaron, contándonos que en realidad todas éramos frígidas y si no disfrutábamos en la cama era cosa de los designios del Señor. Del Señor de arriba, ese que va con mayúscula inicial, no del que estaba a nuestro lado en la cama. Este iba a lo suyo, pues por supuesto la sexualidad no era cosa de mujeres decentes. Sólo las putas pensaban en orgasmos y después de la eyaculación la satisfacción femenina pasaba a segundo término.

Ahora bien, los señores del mundo han pagado con creces aquel desliz que nos hizo vivir tanto tiempo en la inopia sexual… ¡porque ahora los engañados son ellos!
Como lo lees: ahora resulta que muchas damiselas han pasado a la teoría de que, si una chica no disfruta en la cama, el culpable es el chico.

Pues permíteme que te diga a ti que me lees, seas chico o chica, que ya es hora de que alguien rompa una lanza en favor de la igualdad sexual. Que desde luego es muy indispensable en calles, hogares y lugares de trabajo, por supuesto… pero yo por ahora me estoy refiriendo a la igualdad sexual esa que se practica y se disfruta unos centímetros abajo del ombligo. De coger ¡Pues!

Hoy, más que nunca, la sexualidad es cosa de dos. Ni señoritas decimonónicas ni esclavos del tantrismo, el sexo es una experiencia que tanto depende de ti como de tu pareja sexual. ¿La clave? Compartir: deseos, fantasías, anécdotas, sueños… En el sexo, todo vale, siempre que ambos estén de acuerdo. Se trata de disfrutar juntos. Olvida los convencionalismos, atrévete a dar el salto al otro lado y despéinate… o mejor dicho, despéinense junto. ¿Qué te gusta? ¿Qué le gusta? ¡No se corten!

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Seguramente te habrás gastado alguna vez un buen pellizco en aquella lámpara de diseño que queda tan coqueta en tu estudio. Te dejas medio sueldo en el gimnasio y el salón de belleza, pagas ese pico de más en el supermercado comprando productos bio… ¿Pero cuándo ha sido la última vez que has invertido en sexo?

Como te digo, todo vale con tal de disfrutar. Entonces, ¿por qué si inviertes en calidad en productos de belleza, estética y alimentación, no inviertes también en calidad sexual?

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Si le echas aderezos a los alimentos, si le aplicas perfume a tu propio cuerpo, ¿por qué no ibas a utilizar también potenciadores de tu bienestar sexual? La clave es disfrutar juntos, y este tipo de productos están creados especialmente para aportar a ambos el máximo placer. Además, igual que no tienes un solo par de zapatos, o un solo par de pendientes, no debes limitarte a un único juguetito, a una única posición, a probar con productos nuevos: las posibilidades son innumerables. Atrás se quedaron los tiempos del vibrador con forma de macana de guardia de granaderos en marcha de los profes de la CNTE… anillos para el pene, mariquitas vibradoras, bolas chinas, juguetes bondage e incluso nuevos suplementos bebibles que, sin ser un medicamento, pueden prender tu energía sexual y ayudar en tu desempeño para ponerle a tu chava una despeinada deliciosa. ¿Por cuál empezáis? Aviso: ¡pueden crear adicción!

Ahora, por ejemplo, está en el mercado un nuevo producto para avivar tu vida sexual y convertirla en toda una odisea, con la ventaja, además de que es un gel comestible que un hombre puede guardar en la bolsa de su camisa, o en cualquier lado, con una presentación única en el mundo, puede hacer de ti lo que las espinacas a Popeye. ¡Basta ya de comprar gel para peinar! Es hora de comprar un gel que te despeine. Pero de eso y sus detalles, te platicaré muy pronto… Mientras:  http://www.despeinate.com/

Es hora de despeinar a la cotorra. Y por supuesto, no os olvides de compartir conmigo tus experiencias. Estoy deseando escucharlas…

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